Quién no ha oído el refrán ‘Quién canta sus males espanta’? Cantar no sólo es una buena herramienta para ayudarnos a enfrentar con buen humor las adversidades, como también un buen alimento para el cerebro de los niños, según los hallazgos médicos del Ministerio del Departamento de salud pública, de Alemania.
En el estudio, que contó con la participación de 500 niños del Cantar estimula el cerebro de los niños

La música relaja. Tal vez por eso los niños consigan una mejor concentración en los estudios. El estudio demuestra que jugar cantando apoya el desarrollo de los niños en todas las áreas, sean física, mental y social, en una medida que se ha subestimado. Cantar les ayuda a desarrollar el habla más adecuadamente, les permite mejorar su conducta social y su comportamiento frente a la agresividad, ya que al cantar se les reducen las hormonas que desencadenan la agresión. Cantar también hace que los niños produzcan mayor cantidad de hormonas que desencadenan el sentirse bien. Ya decía yo que cantar era bueno. Otra cosa es cantar bien, claro.
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