La lentitud y los olvidos frecuentes en la memoria más reciente, son tan sólo algunos síntomas que se convierten en discapacidades que impiden al paciente llevar una vida plena y normal.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común
de demencia entre las personas mayores, por su complejidad y la
necesidad de encontrar tratamientos terapéuticos que mejoren la
condición y calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad es que es
una de las patologías más estudiada en el mundo desde hace 100 años.
La
especialista en Psicología Clínica y Neuropsicología, Sandra Crespo,
define el Alzheimer como una entidad diferente al envejecimiento normal.
“Con el paso de los años es normal que se enlentezca la velocidad de
procesamiento de información y haya ciertas fallas en la memoria
episódica, sin embargo, si estas fallas de memoria y trastornos
conductuales son tan graves que limitan el funcionamiento independiente
de la persona, requiriendo de la supervisión y apoyo para poder
sobrevivir, entonces sí pudiéramos estar hablando del Alzheimer como
diagnóstico final”.
En cuanto a sus
síntomas, Crespo explicó que el Alzheimer en su forma típica se
caracteriza por un deterioro lentamente progresivo, que suele comenzar
con pérdida de la memoria y se le van sumando otras fallas de manera
paulatina, tales como el déficit de atención, limitación en la
visoconstrucción, el juicio, el cálculo, el lenguaje, entre otros.
Al
ser una enfermedad degenerativa, es muy común que el Alzheimer se
presente después de los 65 años de edad, en la etapa senil. Aun así,
según Crespo, no debe descartarse su aparición en las etapas
pre-seniles. Como en toda patología es necesario que el diagnóstico sea
dado por el médico especialista, éste realizará las pruebas necesarias
para determinar si la persona padece o no de Alzheimer.
Basada
en lo que se reporta en consulta, para la especialista en
neuropsicología existe una mayor prevalencia en mujeres que en hombres.
Sin embargo, esta leve diferencia puede deberse a aspectos relacionados
con el comportamiento socio cultural del género femenino, más que a una
mayor predisposición genética porque las mujeres tienen una esperanza de
vida mayor, los hombres suelen presentar menos quejas o resistirse más a
buscar ayuda, entre otros aspectos.
Tratamiento terapéutico y neuropsicológico
Lo
mejor para estos pacientes es que tengan al lado a alguien que los
apoye y les preste toda la colaboración. En este sentido, la
especialista señala que el mejor tratamiento que puede recibir un
paciente con Alzheimer “es el buen trato de sus familiares, ya que de
esto va a depender que el paciente esté estable anímicamente, evitando
los síntomas psicológicos y conductuales como ansiedad, depresión,
agitación, que pueden acompañar la enfermedad,”.
Por
otro lado, la especialista explicó que existen opciones de tratamiento
farmacológico que deben ser indicados y supervisados solo por el médico
tratante, como por ejemplo la Memantina (molécula que actúa sobre el
sistema glutamatérgico, mediante el bloqueo de los receptores NMDA de
glutamato) que puede retrasar la progresión de la enfermedad en las
fases leves hasta moderadas de la demencia.
No
obstante, la especialista reiteró que los tratamientos no
farmacológicos que incluyen dieta, ejercicio, rehabilitación cognitiva,
grupos de apoyo, terapia ocupacional, entre otros, son fundamentales
para mejorar la calidad de vida del paciente, promoviendo su
independencia el mayor tiempo posible y logrando armonía en el entorno
familiar, con el fin de controlar los síntomas psicológicos y
conductuales que pudieran desencadenarse.
Para
finalizar, Crespo indicó que para cuidar bien del paciente con
Alzheimer, lo primero que hay que hacer es aceptar la enfermedad. “Si
aceptamos que lo que nos está pasando es una experiencia de vida, no
algo malo o catastrófico, vamos a estar en mejor disposición para un
cuidado amable, armonioso y amoroso que es lo que requieren nuestros
pacientes”, concluyó
Fuente: lamanana.com.ve