viernes, 29 de septiembre de 2017

Consumir cacahuetes durante la lactancia podría reducir el riesgo de alergia en el futuro


Consumir cacahuetes durante la lactancia podría reducir el riesgo de alergia en el futuro   

Una de las alergias alimentarias más comunes en los niños es la alergia a los cacahuetes. Cuando se inicia la alimentación complementaria debemos estar atentos y observar que no se presente alguna reacción a los alimentos que le damos a nuestros hijos.
Contrario a lo que se creía hace algunos años, diversos estudios recientes han comprobado que dar ciertos alimentos como el huevo y los cacahuetes en edades tempranas podría reducir el riesgo de alergia a ellos.
Ahora un nuevo estudio encontró que el consumir cacahuetes durante la lactancia podría ayudar a reducir el riesgo de alergia en el futuro.

El estudio

Investigadores del Instituto de Investigación del Hospital Infantil en Manitoba, Canadá realizaron un estudio con el objetivo de investigar la relación entre el consumo de cacahuetes de las madres durante la lactancia y sus efectos en sus hijos a los siete años de edad.
Publicado en Journal of Allergy and Clinical Immunology, utilizaron información de un estudio sobre alergia y asma en el que participaron 342 niños, desde su nacimiento en 1955 hasta los 15 años.
Ese estudio previo había dividido a los niños en dos grupos: uno al que se le indicó no consumieran cacahuetes y otro al que no le dieron ninguna recomendación al respecto, lo que les permitió ver qué había ocurrido a los hijos de las madres que no consumieron cacahuetes durante la lactancia.
Del total de participantes, el 58.2% de las madres consumieron cacahuetes durante la lactancia, mientras que el 22.5% los introdujo en la alimentación de sus hijos alrededor de los 12 meses.
A los 7 años, 9.4% de los niños participantes mostraban sensibilidad a los cacahuetes. La menor incidencia, que fue del 1.7%, fue observada en los niños cuyas madres consumieron cacahuetes durante la lactancia e introdujeron este alimento a su dieta antes de los 12 meses.
En cambio, se mostró mayor incidencia en las madres que los consumieron durante la lactancia pero retrasaron la presencia de cacahuetes en la alimentación de sus hijos más allá de los 12 meses, dando como resultado un 15.1%. Por otro lado, el 17.6% de los hijos cuyas madres no consumieron cacahuetes durante la lactancia pero sí fueron introducidos en su dieta alrededor de los 12 meses, mostraban sensibilidad a ellos.
Los investigadores concluyeron que el consumo de cacahuetes durante la lactancia combinado con la introducción de ellos a la alimentación durante el primer año de vida, están asociados a un menor riesgo de presentar sensibilidad a los cacahuetes.
En entrevista para CBC News, Meghan Azad, una de las autoras del estudio, comentó que esperan que estos resultados ayuden a continuar investigando acerca de la prevención de las alergias a los cacahuetes.
"Creo que es una pieza muy importante del rompecabezas", declara Azad. "Sabemos ahora que hay cosas asombrosas en la leche materna, incluso anticuerpos y factores inmunológicos, y todos ellos podrían interactuar con las proteínas del cacahuete para inducir tolerancia a éste en el bebé. Será interesante ver lo que encuentran otros grupos alrededor del mundo que también están haciendo investigación sobre las alergias".


Fuente:   www.bebesymas.com

miércoles, 27 de septiembre de 2017

La lactancia materna podría reducir el riesgo de padecer Alzheimer en las madres

Hace unas décadas la mayoría de los bebés tomábamos leche artificial. Esto hizo que justo cuando la ciencia avanzaba la leche materna quedara como una gran desconocida y que no sea hasta ahora, en la actualidad, cuando estamos descubriendo qué hace en el cuerpo de los bebés y qué hace en el de las madres que amamantan.
Sabemos que, entre otras cosas, dar el pecho reduce el riesgo de cáncer de mama, o lo que es lo mismo, que no amamantar aumenta el riesgo de padecerlo, y ahora conocemos otro efecto: la lactancia materna podría reducir el riesgo de padecer Alzheimer en las madres.

Datos del estudio

Para llegar a esta conclusión, investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, han realizado un estudio que se ha publicado en la revista "Journal of Alzheimer's Disease", en el que comentan además que cuanto más tiempo se prolonga la lactancia menor es el riesgo de padecer la enfermedad.
El estudio se hizo con 81 mujeres que padecen Alzheimer y 81 mujeres que no lo padecen (una muestra muy pequeña, en realidad), y les hizo ver que la lactancia ayuda a las mujeres que habían perdido tolerancia la insulina a restaurarla.
Ahora bien, cuando las mujeres tenían antecedentes de demencia en la familia, el efecto era menor, es decir, el riesgo se disminuía de un modo menos acentuado.
Los investigadores se muestran contentos al hallar nuevas líneas de investigación que les ayude a comprender cuáles son los factores que hacen que una persona sea susceptible de padecer la enfermedad de Alzheimer, que es el trastorno cognitivo más común del mundo, que afecta a 35,6 millones de personas, y contentos también porque la lactancia materna es cada vez más el alimento de los bebés, siendo una medida preventiva masiva y de nulo coste.

¿Cómo se explica?

El modo en que amamantar a un bebé disminuye el riesgo de padecer Alzheimer es desconocido. Los investigadores piensan que puede ser por la privación de la hormona progesterona durante la lactancia, conocida por hacer perder la sensibilidad de los receptores de estrógeno del cerebro, y que puede ser también por el aumento de tolerancia a la glucosa a través de la restauración de la sensibilidad a la insulina, ya que en el Alzheimer se observa una resistencia a la insulina en el cerebro.
Sea como sea, esperemos que esta nueva vía de investigación se amplíe con nuevos estudios que den conciencia a la sociedad, incluyendo al personal sanitario, de que lo más recomendable para los bebés y las madres es la lactancia materna y de que todos los que formamos el entorno debemos apoyar y ayudar a las madres para que puedan hacerlo sin críticas, sin interferencias y con al respeto que merecen.
     Fuente:     bebesymas.com



lunes, 25 de septiembre de 2017

Los movimientos del bebé en el vientre


Una de las preguntas que se hacen las mujeres al comienzo del embarazo es ¿cuándo empezaré a sentir los movimientos del bebé en el vientre? Podemos decir que esta sensación inolvidable sucederá realmente bastantes semanas después de que el feto empiece a moverse.
Por eso, aunque no existe una respuesta única para todas las mujeres, sí hay unas etapas de desarrollo normal del feto que van a determinar la capacidad de movimientos de éste, y van a situar aproximadamente el momento en que los notamos.
Los movimientos del bebé empiezan a notarse en el vientre alrededor del cuarto o el quinto mes de embarazo, una sensación que se repetirá frecuentemente hasta que llegue el momento del nacimiento.
Antes de esa etapa, no es que el bebé no se mueva, pero en la "amplitud" del útero materno y con la barriga aún pequeña, sin que exista presión sobre las paredes del útero ni que estas presionen en nuestros músculos abdominales, no se notan los movimientos. Veamos paso a paso cómo se mueve el bebé en tu vientre.

Cronología de los movimientos del bebé en el vientre materno

  • Las primeras semanas el embrión crece a pasos acelerados, formándose cada vez más, y las principales características externas del bebé comienzan a tomar forma, hasta alcanzar la etapa en la que se denomina "feto", a partir de la octava semana. El final de la octava semana marca el final del "período embrionario" y el comienzo del "período fetal".
  • Es entonces cuando el bebé empieza a moverse más, aunque la madre aún tarde en percibirlo. Alrededor de la semana 12 de embarazo el bebé puede empuñar los dedos, y sobre la semana 14 se ha desarrollado más tejido muscular y óseo, y los huesos se vuelven más duros: el bebé comienza a hacer movimientos activos, como los movimientos de succión con la boca.
  • Es por tanto alrededor de la semana 20 cuando el bebé efectúa más movimientos y la madre puede sentir una agitación en la parte baja del abdomen. Y es que esos primeros movimientos perceptibles pueden sentirse como mariposeas o burbujeos, aún no son la esperada pataditas que tardarán en notarse un poco más.
  • A partir de la semana 23 el bebé está más activo y tiene mayor desarrollo muscular, al tiempo que empieza a acumular grasa, por lo que la madre puede sentir más claramente al bebé moviéndose.
  • En la semana 26 el feto presenta el reflejo prensil y de sobresalto, esos sobresaltos podremos sentirlos por ejemplo como reacción a un sonido fuerte, un sobresalto de la madre, un movimiento brusco de ésta...
  • Alrededor de la semana 32 el bebé ha crecido mucho y tiene menos espacio para moverse, pero seguirá haciéndolo hasta el momento del nacimiento por muy apretado que esté. Las patadas son claramente perceptibles, incluso a simple vista se pueden observar los bultos que se mueven en la barriga de la embarazada.
  • En el último mes de embarazo, especialmente cuando rondamos la fecha prevista del parto, sus movimientos han disminuido debido al poco espacio que tiene para moverse. Pero seguirá haciéndolo, y en caso contrario hemos de acudir inmediatamente al médico.
feto-35-semanas

Ni en todas las mujeres ni en todos los embarazos se sienten los movimientos igual

Como es lógico, ni todos los embarazos ni todas las mujeres son iguales, por lo que la mayoría de las madres no coinciden en las fechas referidas a la primera vez que sintieron los movimientos del bebé ni a la descripción de la sensación. Unas embarazadas son más sensibles que otras por lo que podrían detectar antes el movimiento.
Además, en los segundos embarazos y en los siguientes, los movimientos del bebé se sienten antes, aunque no siempre sucede así y muchas mujeres los noten a la misma altura de gestación o incluso después.
Pero sí es más frecuente notar los desplazamientos o primeras pataditas del bebé en los siguientes embarazos, y esto es porque tanto los músculos de la pared abdominal como del útero, que se han dilatado durante el primer embarazo, están menos tonificados. Al tener los músculos del abdomen más distendidos, es más fácil que cedan a los primeros movimientos (desplazar un músculo prieto o notar que es empujado es más difícil).
En este sentido, también puede influir que ya tenemos la experiencia de lo que son esas sensaciones por el embarazo anterior (lo cual podría indicar también que en un primer embarazo los movimientos se dieron antes pero nos pasaron desapercibidos).
En general, es a partir de la semana 18 en el primer embarazo y de la semana 15-16 en el segundo embarazo cuando se empiezan a notar los movimientos del bebé. Si el embarazo es múltiple o la fecha de embarazo es errónea y en realidad estamos embarazadas de más tiempo, también es posible que los movimientos se noten antes.

Sentir y ver los movimientos del bebé

En los tiempos que corren, no todo es sentir al bebé. También podemos verle moverse. En las ecografías del último trimestre es frecuente, si observamos el monitor, ver cómo se mueve el bebé, incluso percibir si realiza movimientos sutiles que no percibimos en la barriga, como chuparse el dedo.
Las ecografías de alta definición en "3 D" y "4 D" pueden incluso mostrarnos gestos del bebé, si frunce el ceño, si "sonríe"... gracias a que se ven las imágenes en tres dimensiones y con más detalle.
Estas primeras imágenes de los movimiento del bebé en el vientre materno son muy emocionantes, pero por muy claras que sean aún tendremos que imaginar buena parte de su aspecto. Cuando nazca, aunque estaremos colmadas de nuevas emociones, tendremos un sentimiento extraño, seguramente echaremos de menos esa sensación del bebé moviéndose en nuestro interior.
       Fuente:    bebesymas.com










viernes, 22 de septiembre de 2017

Nueva diana terapéutica para combatir en un futuro al VIH


Investigadoras de la Universidad Autónoma de Madrid han descrito una nueva estrategia que puede ser clave para combatir el VIH. La clave está en una proteína llamada CD81, que interacciona con la molécula que degrada los ladrillos necesarios para la construcción del ADN. El trabajo se publica en Nature Microbiology.



La estrategia clásica de las vacunas –que consiste en preparar al sistema inmune para defenderse de los virus o bacterias que generan enfermedades– no ha funcionado con el virus del VIH.
Hasta ahora, los tratamientos solo han conseguido bloquear la replicación del virus para que no dañe el organismo, por lo que son tratamientos crónicos que mantienen el virus en estado de latencia. Además, el VIH es escurridizo: consigue mutar sus genes y así hacerse resistente a los tratamientos. De aquí la importancia de encontrar nuevas estrategias para combatirlo en un futuro.
En un trabajo reciente, publicado en Nature Microbiology, un equipo de investigadoras de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha descrito una nueva diana terapéutica que puede ser crucial para combatir en un futuro al virus.
Específicamente, han demostrado que existe una interacción molecular entre una proteína de la membrana de la célula y una proteína que degrada dNTPs, los ladrillos que utiliza la célula para construir la escalera de ADN de los cromosomas.
"Hace unos años descubrimos que una proteína de la membrana de la célula que estudiábamos, llamada CD81, se asociaba a la proteína SAMHD1. En ese momento no se sabía nada de SAMHD1, por lo que este resultado quedó sumergido en una aburrida tabla de interacciones", explica María Yáñez-Mó, investigadora de la UAM y directora del trabajo.
"Un par de años después –continúa la investigadora– SAMHD1 estaba de moda: se había demostrado que degradaba los dNTPs, necesarios para la replicación del VIH. Bajo la hipótesis de que si en la célula escasean los dNTPs el virus no puede replicarse y la infección se detiene, decidimos entonces investigar la interacción de SAMHD1 con CD81".
Bloquear la proteína CD81 para inhibir la infección
Como resultado de esta investigación, utilizando herramientas desarrolladas en el grupo, incluida la tecnología CRISPR/Cas9, han demostrado que CD81 es capaz de controlar la eliminación de SAMHD1. Sus resultados indican que CD81 actúa como aliado del VIH –al aumentar el CD81 en la célula, aumenta la retrotranscripción del virus–.
En la dirección de una estrategia para tratar a los pacientes de sida, las investigadoras ya han probado en células la acción de unos péptidos que bloquean CD81 y que inhiben la infección. "El siguiente paso para que este hallazgo llegue a los pacientes requiere del compromiso de la industria farmacéutica", afirman.
Aunque el trabajo se centra en la infección por VIH, el mecanismo es aplicable a todos los virus que necesitan dNTPs para replicarse, como se expone en una patente compartida por la UAM y la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital de la Princesa. Además, se ha solicitado financiación para continuar los estudios en cáncer, puesto que las células tumorales también necesitan dNTPs para su división incontrolada.



Fuente:     agenciasinc.es


miércoles, 20 de septiembre de 2017

¿Serán los parásitos la cura para el alzhéimer?

En 2011, Ben Trumble dejó la selva boliviana y se llevó una mochila que contenía cientos de viales con saliva. Había pasado seis semanas siguiendo a los indígenas mientras se movían por la selva, lanzándole flechas a los jabalíes. Estos hombres eran miembros del pueblo tsimané, que vive como lo hacían nuestros ancestros hace miles de años: cazando, buscando comida y cultivando pequeños terrenos.
Trumble les había pedido a los hombres que escupieran dentro de los viales varias veces al día para poder mapear sus niveles de testosterona. Quería descubrir si los cazadores eran recompensados con un pico de testosterona, y así fue. Como investigador del Proyecto de Salud e Historia de la Vida de los Tsimané, se había unido a una prolongada investigación sobre el bienestar y el envejecimiento humano en ausencia de la industrialización.
Ese día, cuando se fue de la selva, se topó con una pregunta nueva y más urgente sobre la salud humana. Al llamar a su madre, recibió una noticia terrible: su tío, de 64 años, se había enterado de que tenía demencia, quizá la enfermedad de Alzheimer.
En solo unos cuantos años, su tío —antes un vigoroso abogado— dejaría de hablar, ya no comería y moriría. "No podía ayudar a mi tío", dijo Trumble, pero quería entender la enfermedad que lo mataría. Entonces se preguntó: ¿a los tsimané les da la enfermedad de Alzheimer al igual que a nosotros? Si no es así, ¿qué podemos aprender de ellos sobre el tratamiento o la prevención de la demencia?
"En realidad aún no hay una cura para la enfermedad de Alzheimer", me dijo Trumble. "No contamos con nada que pueda revertir el daño ya hecho". Se preguntaba por qué miles de millones de dólares y décadas de investigación han tenido tan pocos resultados. Tal vez se estaban ignorando algunas pistas importantes.
Trumble se formó como antropólogo, y su campo —la medicina evolutiva— le ha enseñado a percibir nuestro entorno como un parpadeo en la línea del tiempo de la historia humana. Considera que es un problema que la investigación médica se enfoque casi exclusivamente en la "gente que vive en ciudades como Nueva York o Los Ángeles". Los científicos a veces se refieren a estos lugares con una sigla que en inglés también quiere decir "raro": Weird, el acrónimo de las palabras occidental, educado, industrializado, rico y democrático en esa lengua.
Además, señalan que nuestros cuerpos siguen estando diseñados para el ambiente no Weird en el que nuestra especie evolucionó. Sin embargo, prácticamente desconocemos cómo afectó la demencia a los humanos durante los 50.000 años anteriores a ciertos avances como los antibióticos y las granjas mecanizadas. Trumble cree que estudiar a los tsimané podría arrojar luz sobre esta plaga moderna.
Los tsimané tienen tasas de mortalidad infantil muy altas, pero quienes llegan a la edad adulta viven tanto como la mayoría de las demás personas por lo que es posible medir su salud hasta los 90 años o más. Los investigadores del proyecto sobre los tsimané han pasado más de 15 años haciéndole seguimiento a sus voluntarios y proveyéndoles con tratamientos médicos. Han descubierto que los tsimané difieren del resto de nosotros en varios aspectos. Por ejemplo, tienen las arterias más limpias que cualquier población jamás estudiada, lo que significa que pueden ser ampliamente inmunes a las cardiopatías.
Trumble no fue el primer miembro del proyecto sobre los tsimané en cuestionarse acerca de la demencia en esta población. En 2001, uno de los fundadores del grupo, Michael Gurven, comenzó a estudiar la condición mental pidiéndole a los ancianos que resolvieran crucigramas. Estos y otros datos sobre el desempeño cognitivo se fueron juntando hasta 2015, año en que murió el tío de Trumble. Fue entonces que junto a Gurven y otros investigadores decidieron profundizar en ello.
Trumble estaba particularmente interesado en el gen ApoE4, a menudo llamado el gen de la enfermedad de Alzheimer. Los estadounidenses con dos copias del gen tienen una probabilidad diez veces mayor que los demás de presentar la forma de inicio tardío de la enfermedad. Trumble descubrió algo sorprendente cuando analizó los datos de los tsimané: muchos con una copia del gen parecían tener un mejor desempeño en las pruebas cognitivas.
Le dio vueltas a esta paradoja cuando regresó a su laboratorio de la Universidad Estatal de Arizona. Acababa de volver de otro viaje a los asentamientos de los tsimané y se había traído un pedacito de Bolivia con él: tenía una infección intestinal causada por la bacteria Campylobacter y dos especies nefastas de E. coli.
"Haber contraído infecciones parasitarias me dio perspectiva", dijo. Por lo menos el 70 por ciento de los tsimané tienen parásitos: lombrices en los intestinos e invasores que hacen surcos en su piel. Es muy probable que lo mismo haya pasado con nuestros ancestros. Comenzó a preguntarse si estas infecciones podrían alterar la forma en que los genes afectan nuestro cuerpo.
Tal vez el gen ApoE4 proporcionaba una ventaja para la supervivencia en los ambientes ancestrales. Hoy en día, solo un cuarto de nosotros tenemos una única copia del gen ApoE4, y solo cerca de dos por cada cien individuos tienen dos copias. No obstante, los análisis del ADN de huesos antiguos han mostrado que, hace miles de años, el genotipo ApoE4 era omnipresente en los humanos.
Este gen, que ayuda a producir colesterol, pudo haber sido un paso crucial para el desarrollo de nuestros cerebros actuales, grandes y hambrientos de energía, y pudo haber desempeñado un papel clave para defenderlos de invasores patógenos.
Después, Trumble estudió los datos referentes a la salud cognitiva de todos los voluntarios tsimané que habían obtenido resultados positivos en las pruebas para detectar la presencia de parásitos. Como era de esperarse, encontró que era más probable que los tsimané con infecciones mantuvieran una buena condición mental si poseían una o dos copias del gen ApoE4; para ellos, el "gen de la enfermedad de Alzheimer" constituía una ventaja.
En contraste, en la minoría que conseguía eludir las infecciones parasitarias, sucedía lo contrario, y el gen ApoE4 estaba vinculado con el declive cognitivo, como sucede con las personas de países industrializados.
"Los humanos evolucionaron conjuntamente con una buena cantidad de parásitos distintos, pero hoy en día, con nuestra vida citadina y sedentaria, hemos eliminado a los parásitos de la ecuación", dijo Trumble. Esto podría ser lo que provocó que el gen pasara de ser una ventaja a convertirse en una carga.
Como suele suceder, estos hallazgos coinciden con algunas nuevas investigaciones de laboratorios universitarios. En artículos publicados en 2016 y 2017, los científicos consideraron la demencia de manera novedosa: no solo como una enfermedad derivada de la decadencia gradual de nuestras células, sino como un trastorno en que el cerebro se vuelve contra sí mismo.
Changiz Beula, profesor de Neurociencia en la Northwestern University, ha estudiado el tejido cerebral de personas que murieron a los 90 años o a una edad más avanzada. Descubrió que algunas personas que mueren con agudeza mental tienen el cerebro lleno de la porquería asociada con la patología del Alzheimer: placas amiloides y oscuras marañas. Esto significa que es posible tener un "cerebro apto para la enfermedad de Alzheimer", pero no presentar demencia. Geula cree que, en casos así, algún agente en el cerebro —llamémosle el opuesto al del alzhéimer— protege las neuronas contra el daño. Todavía se desconoce cuál o qué es.
Unos candidatos podrían ser los astrocitos, que son células que apoyan a las neuronas y las sinapsis, manteniéndolas sanas incluso en presencia de placas y marañas. En un artículo publicado este año en Nature, investigadores de Stanford describieron la forma en que estas células, normalmente tranquilas, pueden cambiar a un "modo asesino" al modificarse y expulsar toxinas y destruir a las mismas células que alguna vez nutrieron.

De acuerdo con Shane Liddelow, uno de los autores del artículo, esta personalidad tipo Dr. Jekyll y Mr. Hyde de los astrocitos muy probablemente se desarrolló hace miles de años para ahuyentar a las infecciones que invadían el cerebro de nuestros ancestros. A la primera señal de problemas, los astrocitos atacan, destruyendo todo lo que se cruza en su camino, incluyendo en ocasiones tejido cerebral sano. Las neuronas pueden convertirse en "transeúntes inocentes en este esfuerzo asesino protector", explicó Liddelow.
Puesto que hoy en día la mayoría de nosotros vivimos en ambientes más estériles, este ejército en nuestro cerebro ya no está ocupado combatiendo patógenos, así que en su lugar responde —a menudo con demasiada fuerza— contra las placas amiloides y las marañas que son parte del envejecimiento normal.
"Hace diez años, muy pocos científicos investigaban si el sistema inmunitario estaba relacionado con la enfermedad de Alzheimer, pero esta pregunta acaba de surgir con gran fuerza", dijo Liddelow. "Creo que la respuesta vendrá de analizar células inmunitarias de humanos de todo el mundo, que vivan en distintos ambientes".
Liddelow dijo que la hipótesis derivada de las investigaciones realizadas con los tsimané, que supone que el gen ApoE4 evolucionó para proteger nuestros cerebros de los efectos de las infecciones parasitarias, tiene mucho sentido. Ahora está preparando su propio laboratorio para comprobar esta teoría. Cree que este nuevo enfoque conducirá a "una rápida producción de tratamientos efectivos".
Trumble tiene la esperanza de que en algún momento su trabajo también genere tratamientos. Actualmente, los científicos que estudian el cáncer están diseñando virus que ayuden al cuerpo a atacar los tumores. ¿Por qué no se habrían de diseñar parásitos?
"Por ningún motivo quiero que la gente que lea esto salga a tratar de infectarse", dijo el Dr. Trumble. "Los parásitos pueden ser muy desagradables o peligrosos por sí solos".
Sin embargo, dijo: "Ciertamente espero que, antes de que yo cumpla 80 años, ya hayamos podido descubrir el mecanismo" detrás de una terapia patogénica.
Quizá esto signifique un medicamento para las personas que porten el gen ApoE4, que imite los efectos de un parásito sin provocar los daños de una infección: una especie de bozal para el sistema inmunitario del cerebro, que impida que células como los astrocitos ataquen a las neuronas sanas.
Trumble y el resto del equipo de investigadores deben recabar más datos antes de poder contestar las preguntas más básicas: ¿cuál es la tasa de demencia en la población tsimané? ¿Algunos parásitos son más benéficos para el cerebro y otros más dañinos? ¿Qué humanos tienen más probabilidades de obtener beneficios cognitivos de una infección?
Si los tsimané en realidad poseen la clave para una cura, Trumble y sus colaboradores no tienen tiempo que perder. Los celulares, los alimentos enlatados y otros utensilios de la vida moderna se están colando a las comunidades tsimané.
"Esta puede ser nuestra última oportunidad de entender si las enfermedades crónicas del envejecimiento, como la enfermedad cardiovascular y el alzhéimer, siempre han atacado a los seres humanos o si están relacionadas con la industrialización", dijo Trumble.
Trumble teme que los tsimané ya se están volviendo Weird, como nosotros.


Fuente:    centropublico.com.mx


lunes, 18 de septiembre de 2017

Rellenan células con colesterol para el estudio de la aterosclerosis

Gracias a la microscopía de rayos X del Sincrotrón ALBA, un equipo internacional de investigadores ha obtenido imágenes 3D de células llenas de pequeños cristales de colesterol. El objetivo es estudiar cómo se forman estos cristales que están relacionados con la obstrucción de las arterias.






¿Cómo se forman los cristales de colesterol? Teniendo en cuenta que existe una relación entre la acumulación de los cristales, la presencia de placas dentro los vasos sanguíneos y la supervivencia de los pacientes, un grupo de investigación del Weizmann Institute of Science de Israel lo está investigando.
Para ello, los científicos han rellenado macrófagos, unas células del sistema inmunitario involucradas precisamente en la formación de las placas de ateroma, con colesterol. La acumulación en estas placas que bloquean el torrente sanguíneo es una característica de la aterosclerosis, principal precursor de muchas enfermedades cardiovasculares.
Estos macrófagos con colesterol son la causa de la inflamación que ocurre previa a la aparición de la placa de ateroma. Se encuentran unidos a las paredes internas de los vasos sanguíneos y, cuando todavía están vivos, producen cristales de colesterol que son excretados fuera.


Los macrófagos mueren liberando el colesterol restante que les quedaba dentro. Sin embargo, aún no se conoce perfectamente este mecanismo de formación de los cristales de colesterol. Esta información ayudaría a descubrir cómo inhibir el proceso y desarrollar tratamientos más efectivos para la aterosclerosis.
Visualizar la formación de cristales de colesterol
Los investigadores llevaron a cabo un experimento con el Sincrotrón ALBA, donde han usado el microscopio de transmisión de rayos X blandos de la línea de luz MISTRAL y han obtenido tomografías (imágenes 3D) de los macrófagos con los cristales de colesterol.
El equipo ya había observado in vitro que los cristales (que son de tres dimensiones) pueden formarse gracias a la adhesión a otras moléculas de colesterol (de dos dimensiones) que se encuentran en las membranas de las células. El principal objetivo e verificar esta hipótesis en un sistema biológico y visualizar a los macrófagos secretando los cristales de colesterol.
El equipo técnico disponible a la línea MISTRAL desempeña un papel clave en este tipo de experimentos, ya que permite obtener tomografías de la célula entera. El microscopio de MISTRAL no es invasivo: no es necesario seccionar la célula en finas capas, así se puede observar toda ella entera en unas condiciones muy cercanas a las naturales. Hay solo tres líneas más como MISTRAL en el mundo: Reino Unido, Alemania y Estados Unidos).

Fuente:      agenciasinc.es

viernes, 15 de septiembre de 2017

¡Manténte saludable comiendo chocolate!

Comerlo en cantidades moderadas, ayuda al corazón, depresión y colesterol



Los chocolates son una de las mayores debilidades de las personas debido a su rico sabor y cremosidad, pero durante años se ha dicho que son dañinos; sin embargo, consumirlo en cantidades moderadas es benéfico para la salud.
Catalina Miranda, Nutricionista de AIN Chile, explica que la nuestra salud puede mejorar en distintos aspectos si el chocolate está compuesto en un 65% por cacao, es de alta pureza, no contiene rellenos calóricos y es bajo en grasa. La cantidad recomendada es de 20 gramos por día, cerca de cuatro cucharaditas de cacao en polvo.
Entre los principales beneficios que aporta el chocolate, se encuentran los siguientes:
  • Produce felicidad, placer y bienestar gracias a su dosis de endorfinas.
  • Mejora la salud cardiovascular por su contenido de magnesio y hierro.
  • Recarga de energía, especialmente en las épocas de frío, a las mujeres embarazadas, los deportistas, niños, adolescentes y durante la lactancia.
  • Contiene antioxidantes similares a los del té verde y vino tinto, los cuales ayudan a prevenir el envejecimiento.
  • Reduce el colesterol por su alto contenido oleico.
  • Te protege de los rayos UV por su contenido de flavonoides.
La nutricionista advierte que la recomendación de comer una porción de chocolate diario, varía en cada persona y puede ser perjudicial para las personas con obesidad, diabetes o alergias, por lo que antes se debe consultar a un especialista.
Añade que no hay que abusar de su consumo, pues se puede ocasionar estreñimiento, sobrepeso o adicción, además de que se debe evitar comer en postres o preparaciones similares ya que aumenta el valor calórico, las grasas y los carbohidratos. El chocolate blanco no está recomendado porque no posee cacao.

Fuente:    sumedico.com

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Los 5 beneficios más importantes del cannabis para el alzhéimer

MEDICINALEl alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa, y progresiva, que normalmente se presenta en adultos mayores de 65 años. La enfermedad provoca síntomas como la demencia. A medida que avanza, hace que el enfermo cada vez sea más incapaz de cuidar de sí mismo. No hay cura para el alzhéimer, pero las medicinas, como el cannabis, pueden frenar su progresión.


Alzheimers IV

Preventivo

La bioquímica de las redes neurales humanas es muy compleja y todavía no se comprende del todo. Sin embargo, se cree que mantener el tejido cerebral sano durante toda la vida puede reducir, de forma significativa, las probabilidades de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, en la vejez, o al menos retrasar la aparición de estas enfermedades mediante la reducción de la tasa de deterioro cognitivo. Se cree que el ejercicio físico, y mental, regular es de vital importancia para mantener la salud neuronal, y sin duda, es el método más saludable y eficaz para conseguirlo. Sin embargo, el equilibrio de las sustancias químicas en el cerebro también se puede mejorar utilizando ciertos compuestos exógenos, como los contenidos en el cannabis.
El cannabis contiene varios compuestos conocidos como cannabinoides, que son estructuralmente similares y tienen diferentes efectos sobre la función cerebral y el metabolismo. De estos, podría decirse que los más importantes son el THC y el CBD, que tienen una serie de efectos fisiológicos relevantes para el alzhéimer: pueden reducir la inflamación, actúan como antioxidantes y neuroprotectores, e incluso estimulan el crecimiento de nuevo tejido neural. Y si se toma regularmente, hay pruebas de que no sólo puede retrasar la progresión de los casos de alzhéimer ya existente, sino también retrasar la aparición de nuevos casos. De hecho, en base a un trabajo anterior realizado con animales, el investigador Gary Wenk cree que los adultos jóvenes, y los de mediana edad, podrían evitar la demencia dando "una calada de marihuana todos los días".

Mantener el tejido cerebral sano a lo largo de la vida puede prevenir el Alzheimer
Mantener el tejido cerebral sano a lo largo de la vida puede prevenir el Alzheimer

Disminuye la producción de beta amiloide

El término "beta amiloide" se refiere a los péptidos creados por la fragmentación enzimática de la proteína precursora del amiloide, una sustancia que se cree que está fundamentalmente implicada en la regulación de la formación de sinapsis y de la plasticidad neuronal. No se sabe, con precisión, cuál es la principal función precisa de la proteína precursora del amiloide (APP), y nuestra comprensión de las funciones normales de beta amiloide está dando sus primeros pasos. Sin embargo, está claro que en individuos que sufren de la enfermedad de Alzheimer, el exceso de beta amiloide se acumula en el cerebro y se agrega para formar placas amiloides, que son tóxicas para el tejido neural.
En un estudio publicado en 2014 por investigadores de la Universidad del Sur de Florida, EE.UU. se investigó la relación entre el sistema endocannabinoide y el proceso de producción de placa, y se demostró que las células APP incubadas en dosis muy bajas de THC producen beta amiloide a un ritmo más lento de lo normal. El THC también interactuaba directamente con el péptido beta amiloide e inhibía su agregación para formar placas.
Además, el estudio demostró que el THC en dosis bajas también reducía los niveles de glucógeno sintasa quinasa-3-beta (GSK3ß), una enzima que normalmente participa en el metabolismo de la energía y el desarrollo de las células neuronales, que también es responsable del desarrollo de los ovillos neurofibrilares en el cerebro de los enfermos de alzhéimer. Estos ovillos neurofibrilares están compuestos de proteínas tau, sobre todo las denominadas filamentos helicoidales pareados tau (PHF-Tau). Se cree que GSK3ß es responsable de la producción de PHF-Tau.

Alzheimer produce una atrofia grave del hipocampo y de la corteza cerebral
Alzheimer produce una atrofia grave del hipocampo y de la corteza cerebral

Cannabis antiinflamatorio

Cada vez se tiene más claro que la inflamación del tejido neural juega un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y de otras enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson. Se cree que la inflamación aguda que se produce, inicialmente, como mecanismo de defensa puede conducir a una reacción en cadena descontrolada, resultando en la inflamación crónica y el deterioro neuronal. Por lo tanto, se han investigado diferentes fármacos antiinflamatorios como posibles tratamientos para enfermedades como el alzhéimer.
Varios estudios recientes han examinado la relación entre el sistema endocannabinoide y la regulación de la neuroinflamación. Un estudio publicado en 2009 concluyó que los cerebros de los pacientes de alzhéimer fallecidos presentan alteraciones apreciables de los componentes del sistema endocannabinoide, incluyendo un aumento de la expresión de los receptores cannabinoides de tipo I y II en la microglia (las principales células inmunes del sistema nervioso central). Esto sugiere que o bien un sistema EC disfuncional desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, o que la progresión del alzhéimer hace que el sistema EC se altere.
Parece que en la enfermedad de Alzheimer, la microglia rodea las placas amiloides en un intento por destruir grupos beta-amiloide a través de la fagocitosis ("comer" el tejido no deseado). Sin embargo, la rápida producción de beta amiloide sobrepasa la microglia, manteniéndolas en un estado constante de activación que hace que produzcan compuestos inflamatorios en exceso, como la interleucina. Todavía no se ha determinado qué papel modulador desempeñan, exactamente, los receptores cannabinoides en este escenario, y qué mecanismo preciso hará posible el desarrollo de tratamientos que se dirijan a los receptores de la microglia y a controlar la inflamación en su origen.

Cannabis antioxidante/neuroprotector

El estrés oxidativo y la liberación de especies reactivas de oxígeno es un componente clave de enfermedades tales como la enfermedad de Alzheimer, y está intrínsecamente asociados con la inflamación inmune: cuando se produce la inflamación, induce estrés oxidativo, reduce la capacidad antioxidante de las células, y provoca la producción de radicales libres, tales como las especies reactivas de oxígeno, que a su vez reaccionan con los ácidos grasos y las proteínas de las membranas celulares. La presencia de beta amiloide también causa un aumento de las especies reactivas de oxígeno en las células cercanas, a través de interacciones con las membranas celulares. En definitiva, esto contribuye a la pérdida y sinapsis de las neuronas en el cerebro, dando lugar a un deterioro de la memoria y una serie de otros síntomas neurológicos.

Las neuronas del hipocampo se ven gravemente afectadas por el Alzheimer, y el CDB pueden revertir este efecto
Las neuronas del hipocampo se ven gravemente afectadas por el Alzheimer, y el CDB pueden revertir este efecto

Una vez más, el papel del sistema EC en la modulación de los procesos de estrés oxidativo no se comprende del todo, pero se ha demostrado, repetidamente, que la administración de cannabinoides puede ayudar a reducir sus efectos y puede proporcionar un efecto neuroprotector en las neuronas, disminuyendo la velocidad de la muerte celular oxidativa. En 2004, un estudio demostró que la exposición de las células a beta amiloide causaba una disminución significativa de la supervivencia celular, pero que el tratamiento de las células con cannabidiol, antes de la exposición, a beta amiloide provocaba un aumento notable en la supervivencia celular.

Estimula la neurogénesis

Además de reducir la inflamación y de mediar los efectos del estrés oxidativo, también se cree que el cannabidiol promueve el crecimiento de nuevo tejido neural (un proceso conocido como neurogénesis). En los enfermos de alzhéimer, la rápida destrucción del tejido neural causa efectos neurológicos devastadores, y los procesos normales de la neurogénesis son interrumpidos por la presencia de beta-amiloide. Por lo tanto, desarrollar terapias, que puedan estimular la neurogénesis, puede retrasar la progresión de la enfermedad o incluso revertir los síntomas, hasta cierto punto.
En un estudio de 2011 sobre la enfermedad de Alzheimer, se demostró que el cannabidiol ejerce sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes a través de un mecanismo que es independiente del sistema EC, en lugar trabajar en un receptor conocido como el receptor-? activado por el proliferador de peroxisomas (PPAR). Al actuar sobre el PPAR?, el cannabidiol no sólo pudo reducir la inflamación y la producción de especies reactivas de oxígeno para proteger las células existentes, sino que también fue capaz de inducir la neurogénesis en el hipocampo (una región del cerebro que se ve muy afectada por la enfermedad de Alzheimer) bloqueando, directamente, la acción de beta amiloide.
Todavía tenemos mucho que aprender de los complejos procesos que causan el alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas relacionadas. Sin embargo, existen abundantes pruebas que demuestran que el sistema endocannabinoide desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud neuronal, y que la administración de cannabinoides exógenos, como el THC y el CBD, puede proporcionar una serie de beneficios preventivos, y curativos, a los individuos en riesgo de sufrirlas, o que ya padecen enfermedades tan duras como el alzhéimer.
Fuente:    sensiseeds.com