
Otra evidencia de la relación entre la expresión de los genes del inflamasoma con la salud y longevidad es que la probabilidad de tener al menos un familiar que hubiera sobrepasado los 90 años de edad en el grupo de las personas con expresión reducida de los genes del inflamasoma, sin expresión constitutiva de IL-1?, era mucho mayor que en el grupo con expresión elevada (88% frente al 11%). "Nuestros resultados muestran que un proceso inflamatorio subyacente, el cual está asociado con el envejecimiento, no solo dirige la enfermedad cardiovascular sino que a su vez es dirigido por eventos moleculares que quizás seamos capaces de utilizar como diana y combatir, " señala Mark Davis, profesor en el Instituto Stanford de Inmunidad, Trasplantes e Infecciones y uno de los investigadores principales del trabajo. El análisis de metabolitos en las muestras de las personas con elevada expresión de genes del inflamasoma e hipertensión permitió identificar dos moléculas, N4A y adenina, capaces de activar los inflamasomas y desencadenar tanto una respuesta in vitro por parte de plaquetas y neutrófilos como inducir inflamación e hipertensión en ratones. La cafeína tiene una estructura similar a la adenosina y actúa como antagonista de la misma, por lo que los investigadores decidieron estimar si los niveles de cafeína en sangre están relacionados con la modulación de los genes del inflamasoma. En primer lugar, a partir de los resultados de cuestionarios sobre el uso de bebidas con cafeína, el equipo observó que aquellas personas mayores con tendencia a consumir más cafeína mostraban niveles de expresión de IL-1? más bajos en sangre. A continuación comprobaron que aquellas personas del grupo con menor expresión de los genes del inflamasoma en sangre presentaban niveles más elevados de los metabolitos resultantes del café, como la teofilina o la teobromina, también presentes en el té y el chocolate, respectivamente. Por último confirmaron el efecto de la cafeína in vitro, estudiando cómo niveles equivalentes a los presentes en la sangre de los consumidores de café afectan a la expresión de IL-1?. La adición de cafeína inhibía la secreción de IL-1?, por medio de la reducción de la expresión del gen NLRC4 del inflamasoma. Los resultados del trabajo conectan la respuesta inmunitaria innata mediada por la activación del inflamasoma con la inflamación crónica y las enfermedades cardiovasculares, mostrando un nuevo proceso inflamatorio implicado en el desarrollo de diversas condiciones fisiológicas asociadas al envejecimiento. Los investigadores sugieren que un incremento en el estrés oxidativo en las personas de mayor edad lleva a un aumento en la degradación del ARN de transferencia, lo que da lugar a la producción de N4A y el aumento de la expresión de NLRC4. Además, señalan un mecanismo por el que la cafeína influye en la longevidad. El consumo moderado de café podría suprimir la inflamación sistémica causada por la activación del inflamasoma y contribuir así a la correlación observada entre el consumo de cafeína y la longevidad.
Fuente: mx.globedia.com
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