lunes, 23 de mayo de 2016

Variables que pueden interferir en la comunicación con un enfermo de Alzheimer


Variables que pueden interferir en la comunicación con un enfermo de Alzheimer 


  • Déficits en la vista y la audición, que en ocasiones tendrán que detectar los propios cuidadores ya que la persona enferma no lo transmitirá y si no son muy severos pueden ser infravalorados. Por otro lado, pueden provocar además sentimientos de confusión y abandono. Si es posible deben ser corregidos con gafas, lupas o audífonos. En el caso de la sordera, algunos enfermos pueden todavía leer y comprender palabras sencillas o dibujos y fotos que puedan ayudar en determinadas situaciones.
  • Dentadura postiza inadecuada, falta de dentición, mal estado o heridas en la boca que agravan la ininteligibilidad del discurso o hacen que la persona esté molesta o dolorida favoreciendo la disminución de la expresión verbal y la intención comunicativa.
  • Limitaciones en la movilidad y/o enlentecimiento que reducen los gestos o movimientos limitando la interacción. También pueden aparecer movimientos anómalos no funcionales, sin sentido o fin práctico.
  • Estado afectivo. Si presentan inquietud, ansiedad, angustia o se encuentran tristes o apáticos. Todo ello puede influir en su capacidad de comunicación, agravando los déficits. Por ejemplo, una depresión puede favorecer estados de mutismo en los que la persona no presenta lenguaje expresivo espontáneo ni responde a las intervenciones, pudiendo mantenerse además aislado, con los ojos cerrados, oposicionista a cualquier interacción, debiendo plantearse como alternativa diagnóstica.
  • Influencia de déficits en otras capacidades cognitivas. La afectación en otras áreas como la atención, la memoria y la capacidad de razonamiento y juicio, severamente alteradas ya en la fase grave, también influyen en la comunicación. Estar desorientado, confuso, no reconocer el entorno ni la persona que les habla, y no entender la situación ni su propio estado, es la base de la que parten estas personas enfermas.

¿Y cómo debemos actuar? Pautas y consejos

A veces pensamos que entienden lo que quieren o más de lo que parece, en cambio en otras ocasiones minusvaloramos la capacidad que mantienen de comprender y percibir el entorno y nuestras intervenciones. De hecho, es muy complicado establecer el nivel exacto. En ocasiones también parecen tener momentos de “lucidez”. Por otro lado, es normal que tendamos a interpretar cualquier respuesta, señal o reacción que tengan, porque es lo único a lo podemos aferrarnos, y lo interpretaremos según nuestra propia percepción, experiencia, expectativa y estado en el que nos encontremos, no siendo del todo objetivos. De todas formas, esto también sucede con todas las personas con las que nos comunicamos, estén enfermos o no, y debemos asumirlo.

A tener en cuenta:

    Variables que pueden interferir en la comunicación con un enfermo de Alzheimer II
  • Asegurarse de que la persona enferma ve y oye.
  • Hablar en sitios donde no haya demasiadas distracciones ni ruido de fondo.
  • Cuidar que el lugar esté luminoso para que puedan ver nuestra cara, gestos y movimientos, así como el entorno u objetos que puedan ayudar a clarificar el mensaje.
  • Aparecer ante la persona por delante y acercarnos de forma suave, tranquila, despacio.
No aparecer por detrás o de forma brusca, para que no se asuste o se sienta amenazado. No hablarle a la espalda.
  • Asegurarse la atención de la persona primero antes de hablarle.
Para ello podemos tocarle suavemente en el hombro, el brazo o tomarle la mano si lo recibe bien. Aparte, transmitiremos afecto y tranquilidad.
También ayudará llamarle por su nombre.
  • Ponernos a su altura, cara a cara, mirando a los ojos.
Aparte de centrar también así su atención, verán nuestros labios cuando les hablamos y nuestra expresión facial y gestual, lo que facilitará la comunicación. También favorecerá una relación más igualitaria.
  • Cuidar la distancia interpersonal.
Acercarse demasiado, al igual que el contacto físico, también puede intimidar o resultar molesto, y dependerá así mismo del contexto y el estado concreto de la persona, si está contento, enfadado o ansioso.
  • Saludar, presentarnos o identificarnos.
Hasta fases graves suelen mantener expresiones hechas y formularios de cortesía que resultan muy automatizados. Por ello debemos saludar, preguntar qué tal están, despedirnos…
    Variables que pueden interferir en la comunicación con un enfermo de Alzheimer III
  • En cuanto a presentarnos, es mejor no emplear un “a ver si sabes quién soy” o “no te acuerdas de quién soy”, ya que los déficit de memoria son severos, no serán capaces de contestar y se puede generar frustración y confusión. Proporcionarles directamente nuestra identificación. Por otro lado, si no resulta importante por algún motivo en la situación concreta, tampoco será necesario insistir si no nos reconocen a pesar de todo o nos confunden con alguien. A veces sólo les quedará una sensación de familiaridad o cercanía, que ya será suficiente para sentirse cómodos. Si no es así, cuidaremos las actitudes de familiaridad que pueden ser mal recibidas.
  • Dejarle tiempo para pensar, no apremiar.
  • Mantener autoestima y dignidad de la persona.
Tratar con dignidad y respeto, son personas adultas. Tener cuidado con los tonos paternalistas o infantilizados, ya que pueden despertar sentimientos de inutilidad, de rabia o frustración. También pueden herir o molestar a otros familiares o allegados de la persona enferma.
  • Ser flexibles y pacientes.
La enfermedad evoluciona y lo que funcionaba antes puede que ya no lo haga y tendremos que ir probando nuevas alternativas.
  • Recordar que el objetivo principal de la comunicación en las fases avanzadas será dar confianza, seguridad y apoyo. 
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  • Fuente: eltallerdemismemorias.com

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