viernes, 27 de mayo de 2016

El cannabis y la enfermedad de Alzheimer


 

Al principio tanto los médicos como nuestra propia familia pensábamos que todo se trataba tan sólo de despistes propios de la edad. Sobre todo porque mi mujer ha tenido una  cabeza desastrosa, quizás para compensar su enorme corazón. Yo le decía que a cierta edad es normal que no te acuerdes de dónde has dejado las llaves, que se te olvide qué es lo que habías bajado a comprar o incluso dejarte algo encendido en el fuego. Sí es cierto que empezamos a preocuparnos cuando estos pequeños despistes comenzaron a hacerse más frecuentes y tras haber sufrido dos pequeños incendios en la cocina en el transcurso de un mes. El médico de cabecera le hizo unos tests psicológicos a mi mujer que indicaban que había más fallos de memoria que los que correspondían a su edad: aunque acababa de cumplir 65 años sus facultades mentales eran como las de alguien de 85. Le hizo varios análisis y pruebas, porque, según nos explicó, a veces problemas con las vitaminas, las hormonas o incluso infecciones latentes pueden producir problemas de memoria en personas mayores. Pero todo fue normal, y entonces nos mandó al neurólogo.
En mi ciudad la lista de espera para el neurólogo es de nueve meses. Durante ese tiempo mi mujer se perdió un día por la calle cuando salió al supermercado de la esquina y la trajo la Policía seis horas después. Unas semanas después se levantó de la cama a las cuatro de la mañana preguntándome que quien era yo. Creo que ese fue el peor momento, cuando alguien con quien llevas viviendo más de cuarenta años te pregunta por tu nombre. 
Las visitas al neurólogo sólo sirvieron para confirmar lo que ya sospechábamos. Tras resonancias, punciones lumbares y análisis muy sofisticados a mi mujer le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer. Desde entonces (y ya han pasado tres años) tienes una lenta sensación de irte despidiendo poco a poco de forma irremediable de la persona que querías, una despedida lenta, triste y dolorosa, muy dolorosa…
En este tiempo he aprendido mucho sobre esta enfermedad. He leído muchas cosas en Internet y me ha llamado la atención últimamente la gran cantidad de noticias que indican que el cannabis puede llegar a ser una opción para tratarla. Me imagino que ya es muy tarde para mi mujer pero me gustaría saber qué hay de verdad en ello. 
3ea8b734d7cc04026f824c24a5b82f8a.jpgLa enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por deterioro de las funciones cognitivas y de la conducta. En su forma más típica, se manifiesta como una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales a medida que las neuronas de diferentes zonas del cerebro mueren. Suele aparecer en edades avanzadas de la vida y la mayoría de los diagnósticos se hacen a partir de los 65-70 años. La memoria reciente y la capacidad de adquirir nuevos conocimientos es la función que se altera de forma más precoz, que progresivamente se acompaña de confusión, agresividad, trastornos del lenguaje y pérdida de la memoria a largo plazo. 

Su causa es hasta el momento actual desconocida y se han implicado múltiples factores de tipo genético y ambiental. Un hallazgo típico de la enfermedad de Alzheimer es el acúmulo de unas placas (llamadas beta-amiloide) en el cerebro de las personas afectadas.  Con el conocimiento actual sobre sus causas que, como decimos, es escaso, se entiende que un tratamiento basado en todos los mecanismos de acción sería el más adecuado. Los cannabinoides tienen propiedades antiinflamatorias, neuroprotectoras, antioxidantes e inmunosupresoras. Así, al menos en teoría, el sistema endocannabinoide podría ser una herramienta útil para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Algunos autores opinan incluso que las propiedades antioxidantes de algunos cannabinoides podrían ser útiles para, en un futuro, obtener fármacos que permitieran prevenir la enfermedad.
Muchas de las investigaciones se están centrando en el receptor de cannabinoides CB2 y el cannabidiol (CBD), ya que no tiene los efectos psicoactivos y neurocognitivos de otros cannabinoides. Hace unos años se demostró que las placas de amiloide en pacientes expresan receptores de cannabinoides CB1 y CB2, por lo que podrían ser una diana para atacarlas y frenar el avance de la enfermedad. También se sabe que algunos cannabinoides sintéticos (en concreto el HU-210, WIN 55,212-2 y JWH-133) tienen acción directa sobre estas placas.
Sin embargo las investigaciones sobre estas posibles propiedades se encuentran todavía en fases muy preliminares. La mayoría de los estudios se han realizado sobre cultivos celulares y modelos de investigación animal. El CBD ha mostrado eficacia en ratones genéticamente manipulados para desarrollar trastornos muy parecidos a la enfermedad de Alzheimer pero en el Servicio de Información de Ensayos Clínicos del U.S. National Institutes of Health todavía no figuran ensayos clínicos en marcha registrados sobre el uso de CBD en esta enfermedad. Es decir, no existen datos sobre la seguridad, vía de administración y la dosificación adecuadas del CBD en ancianos ni cuáles serían sus efectos reales sobre la enfermedad de Alzheimer. Al contrario de lo que sucede con otras patologías (enfermedad de Crohn, epilepsias infantiles, dolor neuropático…) tampoco en la literatura científica comunicaciones anecdóticas sobre pacientes en los que se sospeche un posible beneficio terapéutico.  Así, el uso de CBD como tratamiento de esta patología debe considerarse como una hipótesis de investigación, pero demasiado poco avanzada en este momento como para poder ser ofrecida a los pacientes.

Fuente: redyerba.com

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