Más del 50% de los
perros mayores de 15 años puede padecer Disfunción Cognitiva
(envejecimiento cerebral canino) lo que se conoce como Alzheimer en los
humanos, el que se presenta con pérdida de oído, visión, memoria, entre
otros signos clínicos.
Llegamos a casa y esperamos que nuestro perro de toda la vida,
nuestro fiel compañero, nos reciba, como cada día, con un ladrido y un
movimiento de cola. Sin embargo, vemos que cada vez se mueve menos, ya
no quiere jugar como antes, duerme la mayoría del día y suele
desorientarse en casa. Si además está perdiendo la visión y el oído, y
tiene más de 7 años de edad, se puede inferir que padece de disfunción
cognitiva, que en los humanos es conocido como alzheimer. Estos signos
solo podrán comprobarse con un médico veterinario, ojalá de especialidad
en neurología o geriatría veterinaria.
Se estima que uno de
cuatro perros con más de 7 años de vida sufre de esta enfermedad, lo que
en total afecta a más del 50% de perros mayores de 15 años. “Este
síndrome corresponde a un proceso degenerativo del sistema nervioso
central, en donde el cerebro del animal ya no funciona como antes, se
dice que involuciona o retrocede en su actividad. Esto también sucede en
el resto del cuerpo, puesto que órganos, como el corazón, pueden llegar
a perder funcionalidad. El envejecimiento NO es una enfermedad sino una
evolución física”, comenta Francisca Montero, médico veterinaria de
Royal Canin.
Es común que el perro geriátrico tenga cambios en su
actitud, sin embargo, un can anciano que además padece disfunción
cognitiva puede desorientarse, presentar cambios en su apetito, volverse
más gruñón o desconocer a su familia, en casos extremos.
Una
alimentación adecuada, desde que se detectan algunos de los signos
clásicos de esta enfermedad, le ayudará a nuestro perro a llevar de
mejor forma su vejez. Lo ideal es empezar a tomar precauciones antes de
que nuestro compañero canino presente signos de disfunción cognitiva,
además de otras enfermedades asociadas a la vejez, las que varían según
la raza.
Ojo con los síntomas
Aunque todos
los perros pertenecen a una misma especie, existen grandes diferencias
de tamaño, que conllevan importantes consecuencias, especialmente en
cuanto a su desarrollo. El crecimiento de cada raza es distinto: cuanto
mayor es el tamaño potencial de adulto más largo es el periodo de
crecimiento, lo que en perros gigantes llega a durar hasta 24 meses. Por
el contrario, los perros pequeños a los 10 meses, o incluso antes, ya
han llegado a su edad adulta.
También presentan distinta esperanza
de vida, ya que los perros pequeños tienden a vivir mucho más que un
perro de gran tamaño. Como edad promedio, al os 7 años se presentan los
primeros signos de envejecimiento cerebral canino. Atención a los
siguientes signos:
Si le cuesta moverse por la casa, parece
perdido en lugares con los que está familiarizado, si no reconoce a la
familia ni los hábitos diarios, ya no reclama atención ni está
interesado en saludar o que lo saluden, pasa menos tiempo jugando con
los miembros de la familia o con otros perros, deambula por la casa
durante la noche, ladra sin sentido durante la noche, orina o defeca
fuera del lugar habitual frecuentemente o presenta pérdida del control
de esfínteres. “Estos signos pueden cambiar sus hábitos de alimentación,
puesto que puede tener menos o más apetito que antes. Al no tener el
sentido del olfato como antes, dificulta que se alimente como cuando era
más joven”, finaliza la especialista de Royal Canin.
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