Los ácidos grasos Omega-3 y su relación con el envejecimiento del cerebro

Un nuevo estudio sugiere que los niveles altos de ácidos grasos omega-3 en la sangre podrían correlacionarse con el envejecimiento más lento del cerebro.
Los principales ácidos grasos esenciales en la dieta humana son los ácidos grasos omega-3 y los ácidos grasos omega-6. El aceite de pescado contiene dos ácidos grasos omega-3 llamados ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA). Algunos frutos secos, semillas y aceites vegetales contienen ácido alfa-linolénico (ALA), que se puede convertir en DHA y EPA dentro del cuerpo.
Se creé que los ácidos grasos Omega-3 proveen una amplia gama de beneficios para la salud, incluyendo un menor riesgo de enfermedad coronaria y una mejora en los niveles de colesterol. Existe alguna evidencia de que el consumo regular del pescado y el consumo de suplementos de ácidos grasos omega-3 podrían ayudar a reducir el riesgo de demencia. Sin embargo, los resultados son contradictorios y se requiere más investigación de alta calidad para determinarlo con certeza.
En un estudio reciente, los investigadores evaluaron datos sobre 1.111 mujeres posmenopáusicas recopilados para el estudio de la memoria de la Iniciativa Sobre la Salud de las Mujeres (Women’s Health Initiative Memory Study) para evaluar la posible asociación entre los niveles sanguíneos de ácidos grasos omega-3 y el envejecimiento del cerebro. Se evaluó el envejecimiento cerebral a través de diversas medidas, incluyendo el volumen total del cerebro.
Después de ajustar los datos para tomar en cuenta factores como la terapia hormonal y los factores de riesgo para la enfermedad cardíaca, los investigadores encontraron que los niveles superiores del índice de ácidos grasos omega-3, incluyendo el EPA y el DHA, se asociaron con un volumen cerebral mayor (2,1 centímetros cúbicos más) que los niveles más bajos. Además, los niveles de índice superiores de los omega-3 se asociaron con un mayor volumen del hipocampo, que es la región del cerebro que juega un papel importante tanto en la memoria a corto plazo como en la memoria a largo plazo.
Los autores concluyeron que un índice mayor de ácidos grasos omeg -3 podría estar asociado con un mayor volumen normal del cerebro y, por lo tanto, con el envejecimiento del cerebro más lento. Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.