La
enfermedad de Alzheimer solo puede detectarse cuando los síntomas ya se
han manifestado, es decir, cuando el cerebro ya ha sido afectado, esto puede estar a punto de cambiar gracias a un examen ocular que sería capaz de detectar la presencia de la proteína beta-amiloide en el ojo, sustancia asociada a la enfermedad de Alzheimer.
Así lo revelaron los resultados presentados en la Alzheimer’s Association International Conference,
celebrada en Copenhague el pasado mes de julio. Según los
investigadores, el nivel de beta-amiloide detectado en el ojo se
encuentra directamente relacionado con la carga de esta misma proteína
en el cerebro, algo que permitiría identificar a las personas con esta
enfermedad mucho antes de que comiencen los síntomas típicos y el
deterioro cognitivo esté demasiado avanzado. Digamos que esta proteína,
al poder identificarse, se emplearía como marcador biológico de la
enfermedad.
Otros estudios
En esta misma conferencia, Paul D. Hartung, de Cognoptix
presentó los resultados de un estudio de un nuevo sistema de
exploración ocular que detecta la beta-amiloide en la lente del ojo
utilizando una pomada que, aplicándose en el interior de los párpados
inferiores, permite descubrir con un escáner láser esta proteína.
Sabemos que funciona porque en este caso los investigadores estudiaron a
20 personas con un posible diagnóstico de alzhéimer, incluyendo también
casos moderados y voluntarios sanos de 20 años y siendo capaces de
identificar con éxito a las personas con esta enfermedad.
No es la primera vez que se descubre algo así: algunos estudios ya habían identificado placas beta-amiloide
en las retinas de personas con alzhéimer, algo que sugirió la
posibilidad de emplear métodos sencillos para poder detectar la
enfermedad precozmente. El año pasado, Shaun Frost, de la CSIRO
(Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization de
Australia) ya presentó los resultados preliminares de un estudio de
voluntarios que tomaron un suplemento patentado con curcumina (un
colorante natural con propiedades fluorescentes). En el ojo de estas
personas las placas pudieran detectarse utilizando un sistema de
NeuroVision Imaging y una técnica llamada imagen amiloide retinal (RAI).
Estos voluntarios también se sometieron a la prueba de imagen PET
amiloide para constatar la relación de la retina con la acumulación de
amiloide en el cerebro. Los resultados determinaron que sí que existía
una estrecha relación entre los niveles de amiloide detectados en la
retina y los niveles en el cerebro.
Una prueba rutinaria del oftalmólogo
Actualmente contamos con diferentes pruebas para diagnosticar el alzhéimer: imagen PET cerebral,
imagen MRI y pruebas clínicas. Sin embargo, este test de amiloide
retinal también podría utilizarse como una exploración complementaria.
Tanto es así que, si se demostrase que Frost y los suyos están
completamente en lo cierto, esta prueba podría realizarse como parte de una revisión ocular rutinaria.
Además,
gracias al altísimo nivel de resolución de las imágenes que este test
proporciona, este también podría emplearse como una prueba de control
para medir la respuesta al tratamiento y la progresión de la enfermedad.
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