En el cerebro de las personas que sufren
de alzheimer se han encontrado vasos sanguíneos deformados, lo que
daría una pista para el desarrollo de nuevos tratamientos contra esta
afección neurodegenerativa, afirman científicos irlandeses.
“La enfermedad de Alzheimer se
caracteriza, en parte, por la acumulación de la proteína beta amiloide
tóxica en grupos llamados placas que afectan la memoria. En las personas
que no padecen de alzhéimer estas placas se eliminan del cerebro a
través del torrente sanguíneo”, detalla un estudio realizado por
investigadores del Trinity College de Irlanda publicado en la revista
‘Science Advances’.
A diferencia de los vasos sanguíneos
situados en otras partes del cuerpo, los ubicados en el cerebro tienen
propiedades específicas que regulan el flujo sanguíneo; es lo que se
conoce como la barrera hematoencefálica, que regula el intercambio de
energía y metabolitos entre el tejido cerebral y la circulación
sanguínea.
Pero en este estudio se descubrió que
algunos componentes de esos vasos sanguíneos especializados están
alterados, lo que evita la limpieza de la beta amiloide del cerebro. Los
científicos irlandeses consideran que esta alteración podría ser un
factor importante en la acumulación de estas proteínas tóxicas en el
cerebro y, como consecuencia, en el desarrollo del mal de Alzheimer.
No obstante, los investigadores también
observaron que dos proteínas que intervienen en la comunicación celular
en los vasos sanguíneos de la barrera hematoencefálica pueden ser
reguladas para abrir los espacios entre las células y permitir la
limpieza de la beta amiloide del cerebro, lo que podría ofrecer nuevas
dianas terapéuticas para tratar el alzhéimer.
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